Devocionales cristianos diarios Semana #23
Sermones predicados el domingo 5 de junio del 2022, Día del Señor
Sermón Evangelístico
La Ley que conduce al Evangelio
Éxodo 20:13
No matarás.
Lunes 6 de junio
El Señor es el Dios de paz, y Él desea que Sus criaturas, y especialmente Su pueblo, vivan en paz. Para ello nos ha dado el sexto mandamiento. “No matarás” no sólo es la prohibición de quitar injustamente la vida de otro ser humano, sino la prohibición más amplia de todo pensamiento, palabra o acción que de cualquier forma arruine nuestras vidas y las vidas de los demás. Así mismo, es la orden de procurar y buscar diligente y activamente todo aquello que preserve, mejore, facilite y renueve nuestras vidas y la de nuestro prójimo. Dios desea que vivamos en paz para que así brille ese atributo Suyo en medio nuestro, pero sólo lo haremos en la medida en que obedezcamos la literalidad y las múltiples implicaciones de este mandamiento. ¿Lo estamos haciendo? O, mejor aún, ¿lo estamos haciendo activamente?
Martes 7 de junio
Existe un serio problema al acercarnos a la Ley de Dios: y es no escudriñarla. A ese problema se añade este otro: obstruir que ella nos escudriñe a nosotros. Con el primer problema, dejamos de comprender las profundas implicaciones de los mandamientos del Señor; con el segundo, nos hacemos tolerantes a una gran variedad de pecados que habitan en nosotros. Y quizás esto esté pasando con usted a la luz del sexto mandamiento. Puede que usted, que no es cristiano, piense que cumple este mandamiento por jamás haber asesinado literalmente a nadie, pero tenga presente que Dios mira su corazón y el resto de su vida, y tiene por asesinato todo ese rencor, venganza y amargura que usted posee. O puede que usted, que ya conoce del Señor, también piense que ha cumplido a cabalidad este mandamiento por cuanto nunca ha derramado sangre inocente. Le recuerdo que la murmuración, la calumnia, los insultos, la altivez, el maltrato y la impaciencia son otras formas de asesinar para el Dios de paz. No se crean libres de pecado sólo porque interpretan los mandamientos a su antojo.
Miércoles 8 de junio
Como cristianos debemos luchar en contra de todo pecado. Primero, en contra de los pecados de nuestra propia alma; luego, en contra de los pecados de nuestra familia; así mismo, en contra de los pecados que afectan nuestra iglesia; y finalmente, en contra de los pecados que particularmente afectan nuestra sociedad. En cuanto a este último, es evidente que el aborto, ese vil asesinato de infantes, se ha vuelto una de las transgresiones predominantes de nuestra época. Y es, indudablemente, un continuo desprecio al sexto mandamiento. No avalemos jamás esa práctica pecaminosa, no participemos nunca del derramamiento de la sangre de los inocentes, y hagamos todo lo que podamos para que tal acto no se materialice. Pero no olvidemos que nuestra lucha es múltiple: al tiempo que aborrecemos el aborto y luchamos en su contra, aborrezcamos también todo tipo de asesinato que cometan nuestras afiladas lenguas, nuestros incendiarios corazones y nuestras crueles acciones, y esforcémonos hasta que la paz reine verdaderamente en la totalidad de nuestras vidas.
Jueves 9 de junio
Quizás su mano izquierda no sabe lo que hace su derecha porque jamás la ha usado para ayudar a nadie. Una actitud egoísta y egocentrista promueve la guerra, no la paz, y por tanto está prohibida en el sexto mandamiento. Dios no sólo quiere que velemos por nuestro bienestar, sino también por el bienestar y la necesidad del otro, tanto física y temporalmente, como espiritual y eternamente. No basta con no odiar, hay que amar; no es suficiente no hacer daño, hay que procurar la amistad. El Señor quiere que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y esto implica que nos esforcemos por su bien. A nivel material, ¿cuándo fue la última vez que usted ayudó seriamente a su prójimo? ¿Es usted caracterizado por un corazón caritativo y generoso? A nivel espiritual, ¿cuándo fue la última vez que usted ayudó seriamente a su prójimo? ¿Es usted caracterizado por un corazón evangelístico, sabio y amoroso?
Viernes 10 de junio
Al quebrantar el sexto mandamiento hemos despreciado a Dios mismo, porque todos los seres humanos a quienes hemos insultado, despreciado y maltratado poseen Su Imagen. No sólo hemos pecado contra el hombre, sino también contra el Dios que hizo al hombre y proveyó la Ley. Hemos sido generadores de turbación, confusión y dolor. Y aunque la mayoría de pecados que hemos cometido son irremediables (la navaja empuñada ya mató, la palabra ofensiva ya hirió, el maltrato cruel ya lastimó), no son imperdonables. Jesucristo se levanta ante nosotros como la única esperanza que tenemos para ser salvos de un corazón carente de paz. Él es el Dios de vida y de paz, y promete dárselas a todo el que confíe sinceramente en Él y se arrepienta de corazón. Sus pecados son grandes, pero la misericordia de Dios es enorme: ¡y en eso reposa nuestra esperanza! Él no sólo puede salvar, sino que quiere hacerlo. Vaya a Jesucristo, y verá cómo Su sangre puede limpiar toda iniquidad, y Su justicia conceder un consuelo imposible de obtener por cualquier otro medio.
Sermón de Enseñanza
Efesios 3:20-21
Oraciones poderosamente contestadas
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
Lunes 6 de junio
Como los hermanos en la Iglesia de Éfeso, así nosotros, mis hermanos: estamos necesitados. Usted es un creyente necesitado que hace parte de una iglesia; pero no sólo haríamos bien siendo conscientes de esa necesidad, sino de la magnitud de nuestra necesidad: no minimicemos nuestras necesidades espirituales, pero tampoco perdamos de vista la grandeza del poderío de nuestro Dios.
Martes 7 de junio
No permita que ningún privilegio temporal le haga creer que NO es una persona necesitada: NO importa si usted tiene un buen carro, o una casa, o un excelente trabajo, o dinero en el banco, o una empresa, o una carrera profesional, o incluso, si a usted no le hace falta nada. ¡Sepa que puede tener esto y más!, pero sigue siendo una persona necesitada en su alma.
Miércoles 8 de junio
¡Hermanos!, seamos humildes y reconozcamos nuestras necesidades espirituales delante de Dios. No nos avergoncemos de presentarnos delante de Él para que supla aquello que sólo Él puede concedernos. Avergoncémonos más bien de saber que tenemos un Dios que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos, pero delante del cual nos presentamos para pedirle cosas triviales, vanas y hasta mundanas; cosas que el orín y la polilla corrompen.
Jueves 9 de junio
Lamentablemente muchos cristianos, aun aquellos que incluso en este momento se encuentran MUY necesitados en su ‘hombre interior’, persisten en orar mal: ellos han dejado sus devociones familiares, sus oraciones secretas, su servicio al Señor, y la compañía de la iglesia, PERO continúan pidiendo y anhelando prosperidad, dinero, comodidad y confort, descuidando la necesidad de su alma. Piense en esto, hermano: ¿de qué le sirve a usted tener prosperidad, dinero, comodidad y confort cuando carece de poder en su alma y de amor por Cristo y por Su iglesia?… ¿No dice el Señor mismo en Marcos 8:36 que de «…¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?«?
Viernes 10 de junio
Mis hermanos, no tenemos a una estatua que no puede responder nuestros clamores, o a una imagen que no puede ver nuestra necesidad. Nuestro Dios es el Dios que con poder creó el universo y su plenitud… que con el poder de Su Palabra sostiene el mundo… que con el poder de Su brazo sacó a los israelitas de Egipto (Éxodo 6:6)… que con poder levantó a nuestro Señor de entre los muertos… y con cuyo poder fuimos arrebatados de las fauces del enemigo cruel. Con ese mismo poder Él ha comprado nuestras almas a precio de sangre; Su omnipotencia la hemos visto sosteniéndonos aun cuando hemos querido desviarnos: no tenemos a un Dios débil ni imposibilitado; tenemos a un Dios que es poderoso. Haríamos bien en reconocer la magnitud de nuestra necesidad, pues esto es necesario; pero siempre haremos mejor en recordar que poderoso es Dios para socorrernos si estamos necesitados, para proveernos gracia si nos hace falta, para levantarnos si hemos caído en el pecado y para fortalecernos si estamos andando débilmente.