Devocionales cristianos diarios Semana #26
Sermones predicados el domingo 26 de junio del 2022, Día del Señor
Sermón evangelístico
Serie: La Ley que conduce al Evangelio
Título del sermón: Jesucristo es el verdadero Salvador
Éxodo 20:16
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Lunes 27 de junio
Dios es verdadero, veraz, genuino y fiable. El noveno mandamiento resalta esa realidad, y muestra el deseo de Dios de que Su carácter esté cual sello en nosotros.
Al Dios ser verdadero comprendemos que no es producto de ninguna invención humana, y que se ha revelado a nosotros transparentemente, tal cual Él es: sin fingir ser algo que no es; con plena autenticidad.
¿Fingimos nosotros ser algo que no somos, poseyendo en nuestro interior intenciones ocultas que difieren de nuestro comportamiento exterior? ¿Somos conscientemente hipócritas: un costal de harina por fuera, pero llenos de carbón por dentro? ¿Nos servimos de expresiones, actitudes y comportamiento que nos hacen crear una percepción muy admirable de nosotros cuando en realidad sólo es un disfraz de nuestra vida desordenada e infiel? ¿Nos caracteriza la verdad o la falsedad? ¿Fingimos amor, pero clavamos puñales de murmuración, chismes y detracción por la espalda de los demás? ¿Qué tan verdaderos y auténticos somos?
Martes 28 de junio
Al Dios ser veraz comprendemos que Él jamás falla en aquello que se propone: si Él promete, cumple; si Él amenaza, cumple; si Él dice, Su dicho es verídico; si Él juzga, no falla en Su sentencia. En la boca de Jesucristo jamás se halló engaño, y en Su ser no habita la más mínima pisca de error.
¿Nuestros sí son sí, y nuestros no son no? ¿Cumplimos nuestras promesas lícitas y nuestros compromisos legítimos? ¿Nos esforzamos sinceramente por ser justos en nuestros juicios, sin precipitarnos ni ceder a malas sospechas? ¿Procuramos de corazón ser precisos en nuestro entendimiento, exactos en nuestra expresión y coherentes en nuestro andar? ¿Somos veraces o mentirosos? ¿Somos puntuales? ¿Engañamos, falsificamos y malinterpretamos? ¿Llamamos a lo bueno malo y a lo malo bueno? ¿Qué tan verídicos somos?
Miércoles 29 de junio
Al Dios ser genuino comprendemos que Sus llamados e invitaciones, aunque no dejan de ser autoritativas, son sinceras, sin engaños ni hipocresías ni desinterés. Cuando nos convida a Él, lo hace con el franco deseo de bendecirnos. Él quiere hacernos libres de toda mentira, y para ello nos ha concedido a Su Hijo para libertarnos.
¿Poseemos un auténtico deseo por el bien del otro? ¿Bendecimos con la lengua, pero maldecimos con el corazón? ¿Nos molesta cuando el otro recibe el crédito de su buen desempeño? ¿Se nos dificulta reconocer los dones de Dios en otros y aceptarlos con agradecimiento y no con celos? ¿Nos regocijamos en la desgracia de los demás o nos entristecemos por su éxito? ¿Prometemos con el deseo de cumplir, o sólo hablamos por una vana cortesía? ¿Deseamos el bien por mera formalidad o con sincero deseo? ¿Qué tan ligada está nuestra lengua a nuestro corazón, y nuestro corazón a la verdad? ¿Somos genuinos o hipócritas? ¿Nuestros corazones están llenos de amargas ideas sobre los demás, y nuestros labios son herramientas que usamos para perjudicarlos y no para edificarlos? ¿Predicamos y proclamamos la verdad, no con falta de interés, sino con sincero deseo de que Dios obre vida y luz? ¿Qué tan genuinos somos?
Jueves 30 de junio
Al Dios ser fiable comprendemos que podemos confiar en Él, dado que es todo lo anterior: verdadero, veraz y genuino. Podemos buscarle, y Él nos escuchará, recibirá y ayudará desde que haya fe sincera y arrepentimiento auténtico.
¿Nosotros somos personas fiables en quienes los demás pueden confiar sin temor a que les escuchemos impacientemente, juzguemos severamente, ayudemos con desgano y clavemos un puñal por sus espaldas? ¿Los demás pueden acercarse a nosotros sin miedo a ser ridiculizados o avergonzados? ¿Qué tan dados somos a maximizar las faltas pequeñas? ¿Qué tanto nos agrada poner en evidencia las debilidades de los demás sin necesidad? ¿Somos conocidos por ultrajar o despreciar? ¿Los demás pueden confiar en nosotros? ¿Somos fiables o desleales? ¿Impedimos o evitamos todo tipo de mala fama en los demás? ¿Nos esforzamos por no crear una mala fama de nosotros mismos ni de ningún otro? ¿Somos fiables?
Viernes 1 de julio
El noveno mandamiento no es exclusivamente no mentir (ausencia de la verdad cuando se tiene la obligación moral o legal de decirla), sino que es toda una familia de deberes y prohibiciones de donde se desprende una gama amplia de pecados que atentan contra la verdad. Su principal pecado, que es aquel que compone la literalidad del mandamiento, es el falso testimonio en contra de nuestro prójimo: es usar nuestras bocas para corromper la verdad y afectar al otro. Dios aborrece que seamos generadores de destrucción en vez de fuentes de edificación, y que esparzamos falsedad y engaño en lugar de verdad. Él no permite que hablemos de los demás cosas que no se corresponden a la realidad, sin importar la razón por la que lo hagamos.
Sin embargo, esto no implica en absoluto que no digamos la verdad sobre el carácter y las acciones de los demás cuando sea justo o necesario y cuando el bien mayor lo exige. Es, más bien, un llamado serio a preservar la verdad en un contexto de caridad. En todo caso, no olvidemos que incluso la verdad, como el agua, puede ser destructiva si la usamos maliciosamente para lograr un fin perverso. Por tanto, no nos creamos amigos y defensores de la verdad cuando nuestros engañosos corazones se han vuelto expertos en usarla para afectar y causar daño, en vez de sanar, guiar y salvar.
Sermón de enseñanza
Serie: Carta del Apóstol Pablo a los Efesios
Título del sermón: Los distintivos de la unidad en la iglesia y su deber de preservarla
Efesios 4:3
Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz
Lunes 27 de junio
La iglesia debe ser solícita en salvaguardar la unidad, es decir, debe esforzarse rápidamente por cerciorarse que su unidad en Cristo (y entre ellos mismos) sea una realidad. Es deber nuestro notar dos asuntos en el versículo: 1) El Apóstol no hace referencia a la unidad entre iglesias. La unidad de la que habla Pablo es aquella realidad en la iglesia local y no una posible unidad entre iglesias. 2) La iglesia no crea la unidad entre sus miembros; eso lo hace el Espíritu de Dios. La labor de la iglesia es preservar esa unidad, de ahí que el texto diga «solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz».
Seamos prontos en guardar la unidad que el Espíritu de Dios ha forjado en nosotros, y muy cautelosos de no perturbarla.
Martes 28 de junio
Primer Distintivo de la Unidad
La unidad de la iglesia (que es interna o espiritual) trasciende y, de hecho, es infinitamente superior a cualquier diferencia (externa o carnal) de quienes la conforman (posición social, preparación académica, lengua o dialecto, etc.).
Miércoles 29 de junio
PENDIENTE.
Jueves 30 de junio
PENDIENTE.
Viernes 31 de julio
PENDIENTE.

Ánderson Cardona Bonilla, miembro fundador de la Iglesia Bautista Gracia Redentora de la ciudad de Pereira. Cristiano desde el año 2012, por la sola gracia del Señor, con fuertes convicciones Calvinistas, Bautistas Particulares y de la Reforma Protestante Histórica y Confesional. Casado con Manuela, sin hijos aún. Abogado y traductor. Preparándose actualmente para el Ministerio bajo la dirección del pastor César García, mientras sirve de forma activa en la obra local.