Notas Aclaratorias:
- Estos comentarios son exegéticos básicos en naturaleza, tratando de ser muy aplicativos en práctica.
- No pretendemos tomar el lugar de los grandes comentarios o comentaristas; solo deseamos presentar otra opción, quizás un poco más devocional.
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- Sus oraciones a favor del ministerio de nuestra iglesia local son apreciadas.
Comentario al Salmo 8
¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Sal 8:1
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David.
¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
Sal 8:2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Sal 8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Sal 8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Sal 8:5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Sal 8:6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Sal 8:7 Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
Sal 8:8 Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Sal 8:9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Versículo 1. Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos;
Parece que la exclamación en este primer versículo se fundamenta en la consciencia de David al respecto de dos asuntos: El primero: El entendimiento de la pertenencia mutua entre el Hacedor y la criatura; entre el Redentor y el redimido. De la expresión «¡Oh Jehová, Señor nuestro!, podemos deducir que David tiene claro de que él le pertenece al Señor porque fue creado, y aún más, porque por Él fue redimido. Pero incluso por encima de esa hermosa verdad podemos ver la convicción del salmista de que el Señor le pertenece a él, y esto, por apropiación mediante la fe. El segundo fundamento del versículo es el asombro por la majestad del Creador, tanto como por su inmensidad y gloria. Dichos atributos son visibles por el salmista en la obra de la Creación. En conclusión, no hay duda de que este primer versículo sienta el tenor del resto del salmo: ¡este es un cántico de alabanza de la criatura para con su Creador!
Versículo 2. De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Teniendo en cuenta que hay una citación de este versículo por parte de nuestro Señor, es necesario para nosotros apelar a aquello que Él tuvo en mente cuando citó este versículo en el Nuevo Testamento, con el fin de determinar cuál es el significado de lo que aquí leemos en el Antiguo. Dicha cita reza de la siguiente manera: Mateo 21:15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza?
El contexto de la cita en el Nuevo Testamento es el de la indignación hipócrita de los enemigos de Cristo al ver a muchos niños glorificar y exaltar las maravillas de Dios, y al hacedor de dichas maravillas, a quien ellos mismos reconocen como el Mesías, el Hijo de David.
A la luz de lo que tuvo el Señor Jesús en mente en Mateo 21, podemos concluir que en este salmo, David usa dicha expresión de la siguiente manera: no sólo la Creación misma rinde honor y gloria a Su Creador (lea de nuevo el versículo 1), sino que Dios recibe alabanzas de las bocas de todos aquellos, que, como niños pequeños, dependientes y necesitados, proclaman las grandezas y el poder y la fuerza de Su nombre.
Dicho lo anterior, parece que estamos equiparando la palabra fortaleza de este versículo, con la palabra alabanza del versículo de Mateo 21. ¿Es esto posible? ¡Desde luego! La palabra fortaleza en el hebreo usada aquí. implica fuerza en varias maneras, incluyendo fuerza en la alabanza.
Es apropiado, no obstante, no ser dogmáticos e hiperliteralistas a la hora de definir la expresión «niños y los que maman«. Bástenos saber que la alabanza de esos pequeños, tal y como los acabamos de definir, ha sido un glorioso cántico acepto a Dios a lo largo de todos los tiempos, pero además un instrumento suyo para avergonzar a sus enemigos, acallando sus bocas. De nuevo, el glorioso cántico de los «niños y los que maman» es juicio de vergüenza para los enemigos de Dios, que en los tiempos de David, quizás fueron sus perseguidores; y que en los tiempos de Jesús, el hijo de David, no hay duda de que fueron sus opositores.
Me permito compartir con ustedes un interesante pensamiento del Puritano Thomas Manton al respecto de ¿quiénes son estos «niños que maman»?
Primero; puede ser el hombre en general. Pues aunque parte de un origen tan débil e indefenso como son los niños y los que maman, con el transcurrir del tiempo va adquiriendo la fuerza necesaria como para enfrentarse y vencer al enemigo y al vengativo.
Segundo; puede hacer referencia a David en particular. Ya que Dios lo utilizó siendo todavía un muchacho débil, casi un niño, para vencer y derribar al imponente Goliat de Gad.
Tercero; puede hacer referencia a Nuestro Señor Jesucristo en especial. Que asumiendo nuestra naturaleza humana y enfermiza y sometiéndose a todas las debilidades propias de un niño, después de su muerte, con esa misma naturaleza ascendió a los cielos para reinar, después de haber sometido a todos sus enemigos y haberlos puesto como estrado de sus pies. Por el nacimiento del Hijo de Dios a través de una mujer, que lo llevó en su vientre, nuestra naturaleza humana fue exaltada por encima de todas las demás criaturas.
En cuarto lugar; puede hacer referencia a los apóstoles. Cuya apariencia externa era poco presentable, y en cierto sentido eran comparables a los niños y a los que maman, si los cotejamos con los grandes del mundo. No obstante, aunque criaturas pobres y despreciadas desde el punto de vista humano eran, con todo, instrumentos primordiales al servicio y gloria de Dios. Por tanto, no es de extrañar que cuando Cristo glorificó a su Padre por la dispensación sabia y gratuita de su gracia salvadora dijera: “Te doy gracias, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y los prudentes, y las has revelado a los niños”. Recordemos que estas palabras las pronunció Jesús después de haber enviado a setenta de sus discípulos y darles poder sobre los espíritus inmundos.
Quinto; a los niños que cantaron Hossana a Cristo durante su entrada triunfal en Jerusalén. Y cuyo derecho de hacerlo el propio Cristo defendió.
En sexto lugar; puede hacer referencia a todos los cristianos que militan bajo la bandera de Cristo. Y que por ser parte de su confederación, tienen derecho a ser identificados con estos niños del salmo por las siguientes razones:
- Por su débil condición: Dios, que gobierna el mundo, se complace en subyugar a los enemigos de su reino por medio de instrumentos débiles y despreciados.
- Por su disposición: Los niños son siempre los más humildes. Por ello se nos dice que: “Si no os hacéis y os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos ”, lo que viene a ser como si nos hubiera dicho: « Vosotros os esforzáis en conseguir y ocupar lugares preeminentes y lucháis por la grandeza mundana en mi reino; pues bien, yo os digo que mi reino es un reino de niños, y por tanto en él no tienen cabida sino los que son humildes y los que se ven en poca cosa a sus propios ojos; aquellos que se sienten contentos con ser débiles y pequeños, menospreciados a los ojos de los demás, y que no buscan los lugares importantes y las glorias de este mundo»
Versículos 3 y 4. Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Sabemos que el autor solía meditar en la grandeza de Dios y en sus propios caminos, durante las vigilias de la noche (Salmo 4:4, Salmo 16:7, Salmo 63:6), y esta no es la excepción. De todo pensamiento, de todo asombro, de todo maravilla que observa en la Creación durante sus meditaciones nocturnas, David ahora se enfoca en la pequeñez y el carácter efímero del hombre, frente a la infinitud y eternidad de quien lo creó. Esta expresión a manera de pregunta ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?, denota el sobrecogimiento de David al pensar que, siendo el hombre «nada», no obstante, es beneficiario del cuidado Providencial de Dios para con toda la raza humana. A ese cuidado Providencial es a lo que hace referencia la palabra «visitar» en esta expresión.
No obstante el razonamiento anterior, algunos comentaristas hablan de la visitación de Dios por medio de Jesucristo. Matthew Poole, por ejemplo, elabora su argumento parafraseando el versículo de la siguiente manera:
¿Qué es el hombre, para que lo cuides o lo visites por medio de tu Hijo, a quien enviaste al mundo?
Con suma admiración por este gran comentarista Puritano, permanezco convencido en toda humildad de que la interpretación provista de «visitar» por medio de Providencias y no por medio de Cristo, es la más apropiada.
Versículos 5 al 8. Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Aquí el salmista continúa su meditación acerca del hombre, de la gloria impartida por el Altísimo al ser creado a Su imagen y semejanza, y de la comisión por Él asignada, de dominar y señorear sobre Su Creación.
Para finalizar, recordemos que este salmo es inaugurado por las palabras de David en el versículo 1 de la siguiente manera: cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! y la conclusión aquí en el versículo 9 es casi que idéntica: ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
A todas luces el autor inspirado extiende una invitación implícita a su lector, para que reflexione sobre la grandeza de Dios que se manifiesta tanto en la creación como en la dignidad otorgada al ser humano al ser creado a Su imagen y semejanza. A pesar de que el hombre es pequeño en comparación con los cielos, Dios lo ha coronado de honra y le ha encomendado el dominio sobre la creación. Esto no solo resalta la dignidad del ser humano, como ya lo señalamos, sino que también nos enseña aquella gran responsabilidad de vivir para la gloria de Aquel cuyo nombre es grande en toda la tierra.
Hacemos venias de respeto y admiración por los comentaristas de antaño, y no obstante aguardamos en el Señor que esta breve explicación del texto sea de utilidad para su vida. Aunque somos «nada» en comparación con el universo entero, jamás debemos olvidar que fuimos creados para maravillarnos en Él, para disfrutar de Él, y para adorarlo y reverenciarlo por Sus obras de Creación, Redención y Providencia. Sobre todo, jamás olvidemos que nuestro gran Dios nos creó y salvó para vivir como verdaderos adoradores, cuyos corazones rebosan de gozo y gratitud, tal como el niño que mama se regocija al ser alimentado en la bondad de su madre.
Quiera el Señor bendecirte, y hacer de ti aquel niño cuya boca y corazón canten en consonancia alabanzas y loores a nuestro buen y glorioso Dios. Amén
Nota: La cita de Thomas Manton fue extraida del Tesoro de David. Editorial CLIE y editada por este servidor anteponiendo en cada uno de los seis puntos la expresión: «En X lugar; puede hacer referencia a…»

César García, pastor bautista reformado confesional. Casado hace 23 años con Leticia, mi amada esposa, y con dos hijos. Viví en Londres por casi 18 años. Salvo por la gracia de Dios el 28 de Abril del año 2001. Cursé mis estudios teológicos en el Seminario Bautista Reformado de Londres del Tabernáculo Metropolitano (el de Spurgeon). Reconocido y comisionado por el Dr. Peter Masters y los ancianos y diáconos del Tabernáculo Metropolitano. Sólo un instrumento del Señor para la plantación de Gracia Redentora (Pereira, 2013) y de MIREFORMA (Manizales, 2019). ¿Mi anhelo? Llegar a ser un siervo inútil.