En Gracia Redentora creemos en…


1. Creemos en la Escritura como norma suprema de fe y conducta

Cuando de manera concienzuda afirmamos que la Iglesia Bautista Gracia Redentora es una iglesia bíblica, lo que afirmamos es que no sólo nuestra doctrina, sino también cada cosa que hacemos como creyentes a título individual y colectivo (como iglesia) –es decir, nuestra práctica– es sustentada por la Escritura. No clamamos ser la mejor iglesia sobre la faz de la tierra, ni la más pura, ni la más fiel, pero sí anhelamos la gracia de Dios para servirle más, para proclamar el Evangelio a más criaturas (Mat 28:18-20), y para obedecer más, todo esto, conforme a lo que está escrito en la Palabra de Dios: En palabras más claras, nosotros creemos que no hay obediencia que honre a Dios sino aquella que es rendida conforme a lo que está escrito en Su bendita Palabra.

De otra parte, creemos que es muy importante hacer eco de algo en particular a lo que hacen referencia las confesiones de fe reformadas al respecto de la Escritura. En el Capítulo #1, párrafo #10 de la Confesión Bautista de 1689, por ejemplo, dice los siguiente:

10. El juez supremo, por el que deben decidirse todas las controversias religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos de concilios, las opiniones de autores antiguos, las doctrinas de hombres y espíritus particulares, y cuya sentencia debemos acatar, no puede ser otro sino las Sagradas Escrituras entregadas por el Espíritu. A dichas Escrituras así entregadas, se reduce nuestra fe en definitiva. Mt. 22:29-32Ef. 2:20Hch. 28:23-25

De estas líneas es mucho lo que podríamos decir: por ahora, y para propósitos de quienes leen esta página, lo que este párrafo quiere decir es esto: No existe mayor autoridad para cada persona sobre este mundo que aquella que mana de la Escritura. ¿Por qué? Porque si creemos que Dios inspiró la Escritura, entonces cada una de sus Palabras tiene Su autoridad; por tanto, todo lo que creemos como iglesia o lo que hacemos, tiene que someterse a la voluntad revelada por Dios en ella.

Como iglesia estamos gozosos de ser gobernados por Dios a través de Su Palabra; estamos gozosos de que nuestras prácticas sean reguladas por la Escritura, y sobre todas las cosas, para nosotros es un gozo saber que no hay nada ni nadie con mayor autoridad de aquello escrito en la Bendita Palabra.

2. Creemos que la Confesión de Fe de Londres de 1689 es absoluta y totalmente bíblica

Como iglesia, después de haber escudriñado el contenido de la Confesión de Fe de Londres de 1689, y después de haber considerado, o no, su adopción, entendemos que dicha confesión es absoluta y totalmente bíblica, por lo que de manera libre escogimos adoptarla como nuestra confesión de fe de manera irrestricta para que ella represente nuestra fe delante de los hombres y de las demás iglesias. Le invitamos a conocer más…

3. Creemos en el Principio Regulador de la adoración a Dios.

Le invitamos antes a conocer (aunque de manera sumamente abreviada) aquello mencionado en el Quinto distintivo de nuestra iglesia.

Gracia Redentora en Pereira está firmemente convencida de que la Escritura nos ordena de manera clara adorar a Dios en «espíritu y verdad», en contraposición a la adoración cristiana contemporánea.

4. Creemos en la validez de la Ley Moral de Dios (como norma de vida)

De manera firme e inamovible estamos convencidos por el testimonio del Espíritu Santo a través de la Escritura, que los 3 usos de la Ley Moral de Dios, grandiosamente explicados durante el Siglo XVI en los tiempos de la reforma, son absolutamente sustentables en la Escritura.

Esos 3 usos son 1) su uso civil, 2) su uso pedagógico y 3) su uso normativo o vinculante. Al respecto de su tercer uso, nuestra iglesia cree que la Ley Moral de Dios (los 10 Mandamientos) son la norma de vida para el creyente. No sobra enfatizar que la Ley Moral de ninguna manera se relaciona salvíficamente con el creyente, pero sí de manera santificadora.

Toda iglesia verdaderamente reformada se ha distinguido por comprender y estar más que gozosos que la Ley Moral sea su norma o patrón de vida; es decir, los 10 Mandamientos se constituyen como el reflejo de la santidad de Dios al que nosotros debemos mirar para imitar, tanto como nos sea posible.

Una iglesia que desecha la Ley Moral de Dios o que selecciona qué obedecer y qué no obedecer de ella, es una iglesia que inevitablemente se distancia del cristianismo obediente que glorifica a Dios y como consecuencia, de la definición histórica de lo que implica ser una iglesia reformada.

5. Creemos en el concepto de la Teología Pactual desde la perspectiva bautista

En Gracia Redentora se cree que desde su nacimiento, el hombre es tratado por Dios como miembro de un pacto del cual Adán es su representante. Esto implica que el hombre por nacimiento está unido a Adán, y por ende, está bajo el pacto de obras. Ahora, si ese pacto de obras demanda obediencia perfecta, es fácil ver en la Escritura que ni Adán cumplió con las demandas de ese pacto, ni tampoco ninguno de sus descendientes.

Por tanto, en virtud de su unión a Adán, un hombre bajo ese pacto, lo único que podrá recibir de él será condenación y ruina. Pero cuando por la gracia de Dios los pecadores que están bajo el pacto de obras ponen su confianza en Cristo, su unión con Adán cesa de ser una realidad, e instantáneamente pasan a estar unidos a Cristo.

A partir de ese momento, Cristo se convierte en su representante, y muy en contraste con la herencia que reciben quienes están unidos a Adán en el pacto de obras, aquellos unidos a Cristo en el pacto de gracia, reciben en Cristo todas las bendiciones que Dios prometió darles desde la eternidad pasada.

6. Creemos que las doctrinas de la gracia son las doctrinas bíblicas que reflejan a la perfección la soberanía de Dios en la salvación del hombre

1) Depravación Total – Como iglesia reformada, afirmamos que el hombre en su estado natural es totalmente inhábil para hacer lo que es agradable a Dios, porque el pecado ha afectado todas las áreas de su ser: su mente, su conciencia, sus emociones y su voluntad. Ahora, si lo que Dios le ordena a cada hombre es a arrepentirse y a creer en el Evangelio, entonces es obvio que una persona en ese estado de total depravación o inhabilidad no puede hacerlo.

2) Elección incondicional – Esta doctrina característica de las iglesias reformadas simplemente enseña que, “Dios eligió millares y millares de personas de cada tribu, lengua y nación para ser adoptados en su familia, no por nada de lo que ellos hicieran, sino por su soberana voluntad y por su beneplácito eterno».

3) Redención particular – Esta doctrina bíblica deja en claro que el propósito de Cristo, al morir en la Cruz del Calvario, no fue otro que el de pagar el precio que costaba la redención de la multitud de personas que hace parte de su iglesia electa.

4) Llamado irresistible – A esta hermosa se le da el nombre de “Gracia eficaz” y es una de las doctrinas más hermosas y representativas de la fe reformada. La doctrina de la “Gracia eficaz”, describe como bien dice su palabra, la eficacia del favor de Dios al ser aplicado en el corazón del hombre por el Espíritu Santo. En otras palabras, si el Espíritu Santo aplica la gracia redentora en el corazón del hombre, el hombre podrá responder, y de hecho siempre responderá al llamado a ejercitar la fe en Cristo y el arrepentimiento.

5) Perseverancia y preservación de los santos – La operación de la gracia de Dios nunca cesará en la vida de las personas que han sido verdaderamente regenerados por el Espíritu Santo. En otras palabras, la gracia de Dios jamás permitirá que el verdadero creyente deje de creer en Cristo. Por eso las iglesias reformadas dicen lo siguiente: Dios es quien le concede la gracia al hombre para creer, y Dios mismo es quien con su gracia lo preserva de caer.

7. Creemos que una iglesia que no es sostenida por los 5 pilares de la reforma protestante no puede ser bíblica

1) Solo Escritura  De los 5 pilares de la reforma, quizás este sea el más importante. Al decir Sólo Escritura, lo que se quiere decir es que la Escritura es la norma de suprema autoridad sobre todos los aspectos doctrinales y prácticos de la iglesia. Esto implica que como una iglesia reformada, sometemos todo lo que creemos (nuestra fe) y todo lo que hacemos (nuestras prácticas) a la Escritura y sólo a ella.

Cuando una iglesia se somete al principio de “Solo Escritura”, lo que está afirmando en términos positivos es esto: “Obedecemos sólo lo que la Escritura ordene”; y en términos negativos es esto: “No haremos nada que la Escritura no ordene”.

2) Sólo fe – El romanismo enseñó un concepto de justificación ajeno a la enseñanza de la Escritura. La Escritura dice en Rom 3:22 «La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él», pero la iglesia romanista decía y aún dice, que para ser justificado, el hombre además de la fe debe hacer buenas obras y obedecer las normas y tradiciones de la “santa madre iglesia”.

En contraste, toda iglesia reformada afirma, NO SÓLO que la fe es un don de Dios (Efesios 2:8) SINO que el hombre no puede ser justificado delante de Dios, sino por medio de esa fe que Dios le concede con el propósito de que crea (Romanos 3:22). De esta manera, el principio reformado de “Sólo Fe” rechaza la falsa doctrina de que el ser humano pueda ser considerado justo por lo que él hace o deje de hacer.

3) Sólo Cristo  Cuando como iglesia reformada afirmamos “Sólo Cristo”, lo que afirmamos con vehemencia es el papel determinante, esencial, suficiente y glorioso del Señor Jesucristo en la salvación del hombre. “Sólo Cristo” significa que “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos sino en el nombre de Cristo” He-chos 4:12

Alguien dijo en alguna oportunidad:

“Solo Cristo” significa que cuando un pecador arrepentido ha sido salvado de la ira de Dios, su salvación no se deberá en lo absoluto a quién es él, o a lo que él ha hecho, sino a quién es Cristo, y SÓLO a lo que hizo Cristo por él en la Cruz del Calvario.

4) Sólo gracia – Al afirmar esto, las iglesias reformadas afirmaMOS que la salvación no se debe a las obras del hombre, sino a la gracia de Dios. En otras palabras, el hombre sólo puede ser salvo sí, y sólo si Dios le concede la gracia para serlo. Esto significa que la causa de la salvación del hombre no yace ni en el hombre ni en los méritos que él crea obtener por medio de las obras, sino que yace en el favor inmerecido de Dios para con él: ¡Eso es sólo gracia!

5) Sólo la gloria a Dios – Cuando una iglesia reformada dice estar fundamentada en este pilar, lo que afirma es: 1) Que lo único que busca es dar la gloria a Dios y sólo a Él por medio de su obediencia a la Escritura, y 2) Que en la salvación del hombre, la gloria es de Dios y sólo de Él.

Si desea conocer un poco más acerca de nuestras prácticas, le rogamos no salga de este sitio sin antes visitar la página Nuestras prácticas