5 Aspectos del Decreto de Dios, p2

1. Dios, desde toda la eternidad, por el sapientísimo y santísimo consejo de su propia voluntad, ha decretado en sí mismo, libre e inalterablemente,1 todas las cosas, todo lo que sucede;2 sin embargo, de tal manera que por ello Dios ni es autor del pecado ni tiene comunión con nadie en el mismo;3 ni se hace violencia a la voluntad de la criatura, ni se quita la libertad o contingencia de las causas secundarias, sino que más bien las establece;4 en lo cual se manifiesta su sabiduría en disponer todas las cosas, y su poder y fidelidad en llevar a cabo sus decretos.5

1. Pr. 19:21; Is. 14:24-27; 46:10,11; Sal. 115:3; 135:6; Ro. 9:19.
2. Dn. 4:34,35; Ro. 8:28; 11:36; Ef. 1:11.
3. Gn. 18:25; Stg. 1:13; 1 Jn. 1:5.
4. Gn. 50:20; 2 S. 24:1; Is. 10:5-7; Mt. 17:12; Jn. 19:11; Hch. 2:23; 4:27,28.
5. Nm. 23:19; Ef. 1:3-5.

(Capítulo #3 – Párrafo #1)

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Q&A

P: ¿Qué significa eso de que «Dios se arrepiente» … ¿En realidad Dios se arrepiente»?

R: Comencemos diciendo que, si es verdad que en Dios NO hay cambio ni sombra de variaciones en Dios Stg 1:17 (y esto es verdad a todas luces) sigue que TAMPOCO puede existir cambio ni sombra de variaciones en su Decreto eterno; luego el Decreto de Dios es inmutable como Él lo es. Esto implica que todo lo que Dios decretó en la «eternidad pasada», se ha cumplido, se cumple y se cumplirá sin la más diminuta de las variaciones, modificaciones o alteraciones. Usted podría decir (con suma reverencia, claro está) … (y esto lo presento de esta manera para que usted entienda) ni Dios mismo en el presente cambia absolutamente nada de lo que Él decretó en el pasado eterno.

Ahora bien, cada pasaje en los que aparece la expresión «se arrepintió Jehová» (o similares) debe ser considerado a la luz de dos focos: el PRIMERO. El razonamiento anterior de que Dios no cambia en el presente nada de lo que decretó en el pasado eterno. SEGUNDO. Nótese que el lenguaje que usa el autor inspirado para decir «Dios se arrepintió» es un lenguaje que hace alusión a una antropopatía (la atribución de pasiones y sentimientos humanos a Dios.)

Versículos como Éxo 32:14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo, deben ser comprendidos NO como un cambio al interior de su decreto, SINO un cambio Providencial externo en respuesta a la oración de Moisés, PERO siempre sabiendo explicar que la decisión de  Dios de no castigar al pueblo fue aquello que Dios se propuso hacer desde la eternidad pasada en Su Decreto.

Algo similar podemos ver en el pasaje de 2 Rey 20:5 Vuelve, y dí a Ezequías: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano[…] v6 Y añadiré a tus días quince años

En línea con lo que dice la ortodoxia cristiana, afirmamos y así enseñamos que las oraciones de un creyente delante de Dios, cuando estas son respondidas favorablemente, lo son en virtud de que eso que el creyente pidió se conformó a todo lo que Dios dispuso en su Decreto eterno e inmutable; luego, no existe tal cosa como «el brazo de Dios fue torcido por la oraciónd del hombre»

¿Qué de pasajes como Jon 3:10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.? Exactamente lo mismo; el «arrepentimiento» del que nos habla este versículo TAMPOCO es un cambio en el decreto de Dios, SINO un cambio en el trato externo hacia ellos, que estaba contemplado en Su Decreto eterno… Ahora, préstele atención a esta pregunta: ¿Sabemos por las Escrituras qué decía ese Decreto para los habitantes del Nínive de aquel entonces? ¡Sí, si sabemos! Dios había ordenado que ellos se arrepintiesen y se salvasen al son de la trompeta del Evangelio predicado por Jonás.

Nota: En medio de nuestros estudios, un hermano recordó sabiamente lo siguiente: «Cuando encontramos un «aparente arrepentimiento de Dios en las Sagradas Escrituras» debemos comprender que por medio de las subsiguientes acciones de Dios (no castigando al pueblo, extendiéndole los días de vida a Ezequías, perdonando a Nínive, etc.) Dios mismo muestra Su misericordia, Su bondad, y Su carácter siempre atento a las oraciones de los justos y siempre pronto a perdonar.

P: ¿Como puede Dios haber decretado el pecado, pero no ser a la vez el autor del pecado?

R: Existen varias consideraciones que son necesarias tenerlas en cuenta: la PRIMERA. El ordenar una acción no equivale a haberla ejecutado. la SEGUNDA. Si Dios no decreta el pecado, tendríamos un Dios que no es del todo Soberano, lo que en última instancia nos dejaría con alguien que no es Dios para nada. El TERCER asunto es que, por definición, Dios no puede ser el autor del pecado. Ver: 1 Juan 1:5 – Sofonías 3:5 – y pasajes afines.

Así que, en resumidas cuentas, el decreto del pecado es parte del Soberano proceder de Dios y cumple con sus propósitos eternos, particularmente, mostrar su  gracia y amor perdonando los pecados de los pecadores, y su ira (la manifestación de Su justicia) condenando a los pecadores por sus pecados.

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