Nota: Desde hace más de 1 año he querido emitir un comunicado al respecto de la relación amistosa y eclesial entre el Pastor Jorge Enrique Castañeda Delgado (pastor de la Iglesia Bautista Reformada de Suba) y este servidor (pastor de la Iglesia Bautista Gracia Redentora).

¿Es indispensable para la iglesia del Señor el haber emitido este comunicado? No; pero si era necesario dados ciertos asuntos ocurridos durante el tiempo de pandemia. Creo que de hecho elimina cualquier vestigio de confusión que aún pueda subsistir.

Trasfondo

La malicia que pulula en el pecado de la calumnia es absolutamente abominable. En cierta ocasión alguien me envió un screenshot (pantallazo) de una conversación de “jóvenes reformados en latinoamérica” despotricando y calumniando de varios pastores, entre ellos. quien escribe este comunicado.

En otra ocasión recibí una llamada de un estimado pastor presbiteriano en Chile quien me solicitó amablemente que le confirmara o negara si era o no era cierta la información que corría en redes sociales al respecto de si yo creía que sólo eran cristianos quienes pensaban lo mismo que yo. Tendría oportunidad para mencionar un par de casos más, pero el punto es el mismo: en ambos escenarios la malicia pululaba de las calumnias hechas por personas que lamentablemente son afines a la reforma.

Personalmente, he escogido abstenerme de participar en el jueguito peligroso de defenderme de las calumnias de estas personas, que en vez de ser ejemplo de piedad para sus congregaciones (muchos de ellos son hermanos y pastores de iglesias locales reconocidas), dejan entrever la falta de un verdadero amor cristiano, al que irónicamente ellos tanto parecen referenciar.

Así las cosas, desde hace un par de años decidí limitar mi presencia (y la de nuestra congregación) en redes sociales y dedicarme al fortalecimiento doctrinal de nuestra iglesia local, a la proclamación del Evangelio desde y fuera del púlpito, a los múltiples aspectos relacionados con el servicio al Señor, a la consolidación de la misión establecida en Manizales (grandemente bendecida por el Señor), y a otros proyectos que estamos considerando delante del Señor en lo concerniente al avance de Su causa.

Pero todo lo anterior por muy hermoso que sea (¡y sí que es una gran bendición!) lleva consigo un desgaste, y, en ocasiones, implicaciones. Una de las implicaciones o consecuencias que mis muchas enfermedades y limitaciones han generado, ha sido el apartamiento de fieles consiervos con los que tengo o históricamente he tenido comunión en el Señor. Insisto, apartamiento debido a mis ocupaciones y a las providencias de nuestro buen Dios en enfermedades y limitaciones.

¿Y a todo esto, qué tiene que ver el Pastor Jorge en todo esto?

Una de las personas con las que tengo comunión es el pastor Jorge Castañeda. Un pastor a quien tuve el gusto de conocer alrededor del año 2011 durante una de mis visitas a Colombia, y a quien he venido he venido “siguiendo” desde entonces.

Del pastor Jorge quiero y puedo testificar que ha sido y hasta el día de hoy continúa siendo un varón fiable como ser humano y confiable en lo que a la comprensión de las Escrituras se trata. En mi opinión, no tengo duda alguna de que el pastor Jorge Castañeda es un referente de ortodoxia en el mundo hispanohablante.

Las providencias del Señor nos han venido uniendo paulatinamente a lo largo de estos años, no sin antes decir que por diversas razones nuestra amistad se vio impactada en tiempos previos a la pandemia, y fuertemente impactada durante la pandemia. (Una amistad en realidad no es puesta a prueba cuando todo marcha bien, sino cuando por el contrario la adversidad está a la orden del día.)

Desde mi perspectiva, esta amistad no ha sido un cuento de hadas, sino una historia real de dos consiervos del Señor que tienen sus propias batallas y luchas, y que se enfrentan a diario a sus muchos desafíos.

Comunicado personal

He decidido publicar estas líneas porque estoy agradecido con Dios por el respeto y el buen compañerismo que hoy existe en este amistad.

Este es el típico caso de dos creyentes que andan con diferentes medidas de gracia, de luz y de instrumentalidad, y que no obstante, han trabajado, trabajan y pueden trabajar en plena comunión y limpia conciencia en el avance de la causa de nuestro Dios y Señor.

Soy un pastor con pocas amistades cercanas (¡y no porque no desee tan buena cosa! sino porque lamentablemente no tengo tiempo para cultivar estas amistades como ellas merecen). A pesar de esto trato de conservar aquellas con las que el Señor me bendice de manera abundante, y una de ellas es la de mi hermano, el pastor Jorge Castañeda.

Me animo a hablar acerca de la amistad entre el pastor Jorge y este servidor, y de los altos y bajos que ha existido, con la esperanza de poder animar a otros consiervos a que, cuando exista una diferencia o un malentendido entre ellos, dialoguen con la esperanza de subsanar el asunto en toda justicia, para la gloria de Dios. En ocasiones inferimos, decimos o pensamos algo de otro hermano que no es lo correcto, y dichas cosas causan un herida abierta y pública; no obstante, por grande que pueda ser la herida no hay nada que el amor de Dios no pueda aliviar, que un buen diálogo no pueda resolver y que el bálsamo de la gracia del Señor no pueda sanar.

Entre el pastor Jorge y yo, existen diferencias de índole doctrinal y en eso hemos sido honestos y transparentes el uno con el otro. ¿Y por qué me animo también a señalar este particular? Porque esas diferencias no son impedimento para que entre nosotros exista una unión amistosa y eclesial. Los hermanos pueden ver cómo él predica en nuestra iglesia, y yo, en la que él preside en Suba. Tenemos unión en el avance y la edificación del Reino, y la gracia de Dios nos ha permitido el disfrute de una buena comunión a nivel personal y familiar.

¿El punto? ¡Qué el Señor perdone a aquellos que nos caricaturizan y calumnian diciendo que para nosotros «no hay nadie que de la talla en la reforma» o que «nadie es cristiano o reformado sino piensan como nosotros!» Muchos de quienes nos han calumniado (hablo a título personal) han sido pastores de iglesias locales, y «ciertos referentes doctrinales» en latinoamérica. A los tales hoy les digo en amor cristiano pero con toda firmeza:  ¡Respeto, por favor!

La Iglesia Bautista Reformada de Suba y Gracia Redentora en Pereira son dos iglesias locales, bautistas, reformadas, independientes y diferentes, y pese a ello, gozamos de una altísima concordancia en doctrina y en práctica, y gracias a Dios también gozamos de una buena comunión que aprende de lecciones de pasadas Providencias y que esperamos se continúe fortaleciendo entre tanto el Señor regresa.

Amistades que glorifican a Dios

Espero que el presente mensaje anime a hermanos pastores a buscar el diálogo, la unión, y el servicio conjunto para el avance del Reino; pues hermanos, cuando dos partes…

  • cuentan por la gracia de Dios con fundamentos doctrinales y convicciones firmes y sólidas,
  • creen que lo principal en la vida de un ministro es la edificación de la iglesia local y la procura de su bienestar,
  • desean servir a Dios en sus iglesias locales (y fuera, en casos en los que la Providencia del Señor así lo disponga) sin buscar el beneplácito del hombre,

… y cuando ninguna de las dos partes…

  • busca que la otra renuncie a sus convicciones como condición para una verdadera comunión,
  • está interesada en buscar estar cerca de pastores (que aunque famosos han abandonado la ortodoxia), ni de ministerios paraeclesiales (por la confusión y el daño que a menudo causan),
  • busca ni desea tener instrumentalidad apelando a influencias mediáticas y méodos pragmáticos,

… cuando por la gracia de Dios estos elementos «están ahí», ENTONCES es posible hablar de amistades ministeriales con pastores fieles y serios que glorifican a Dios. Hoy, 22 de octubre del año 2022, doy gracias al Señor por Su provisión para conmigo de varias de estas amistades, y una de ellas es la del Pastor Jorge. Y hago énfasis en el compañerismo con el pastor Jorge porque esta amistad en particular una vez estuvo en absoluta ruina… pero hoy, por la gracia de Dios, se edifica y crece para la gloria de Dios y el beneficio de nuestras iglesias locales.

Una amistad de la que he mucho he aprendido y en la que hemos sido bendecidos la glesia local y la misión que presido, mi eposa, y claro, este servidor.

Busquemos amistades sinceras, piadosas, amantísimas de Dios… no rehuyamos a aquellos que nos corrijen, que nos enseñan y en cuyo ceño fruncido hay más bendición que en sonrisas hipócritas.

Gracias a Dios por todas las amistades verdaderas, bíblicas, probadas y aprobadas por Dios… ¡Qué Su gracia repare las que están averiadas, y qué esa misma gracia fortalezca las que están firmes!

Dios bendiga a todo Su pueblo.

César A. García – Pastor de la Iglesia Bautista Gracia Redentora en Pereira (incl. su misión en Manizales)

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