Somos de Cristo
Pocas cosas son tan reconfortantes para nosotros en este mundo caído como el ser recordados que somos del Señor. | La pertenencia al Señor es una realidad en la que el Hijo de Dios debería pensar más a menudo por el bien de su alma.
Pocas cosas son tan reconfortantes para nosotros en este mundo caído como el ser recordados que somos del Señor. | La pertenencia al Señor es una realidad en la que el Hijo de Dios debería pensar más a menudo por el bien de su alma.
A partir del momento en el que usted escoja acallar su conciencia con el fin de esconder su pecado, de su corazón comienzan a manar casi al instante toda suerte de peligrosas maquinaciones. Pero por más inteligente que sea usted, la pregunta es ¿tendrá éxito?
El llamado del Apóstol es a que tanto el «recién nacido en el Señor» como «el hombre que está firme en Él» avancen en su crecimiento espiritual y en la comprensión de las verdades Escriturales, porque sólo así no seremos movidos por cualquier «viento de mentiras».
Antes éramos extraños, ahora somos «de la casa», antes éramos extranjeros y sin privilegio alguno en el reino de los Cielos, ahora somos «coherederos de todas las riquezas celestiales en Cristo».
No mal hablar de nadie… Esta es una orden apostólica, por lo tanto importante y vinculante para todos los cristianos de todas las edades, en todos los países y a lo largo de todos los tiempos. La Escritura no admite excepciones
¿Amas a Dios con todo el corazón? El hombre tiene diferentes maneras de dar respuesta a la pregunta ¿amas a Jehová tu Dios con todo el corazón?. Unas personas responderán en función de sus emociones (ej.: ¡Oh, mi amor por Dios es grande !) y quizás otros lo harán sin haber entendido el carácter y la envergadura de la pregunta en cuestión (ej.: ¡Oh, yo amo a mi Dios porque él me da todo lo que yo le pida!). Sin embargo, aquí como en cualquier otra pregunta que nos hagamos, lo que importa es esto: ¿Qué es lo que dice la Escritura al respecto de esa pregunta?
Pero no hacer lo malo, es sólo una cara de la moneda; de hecho, también sabemos que el verdadero creyente, no sólo deja de hacer lo que a Dios le ofende, sino que al mismo tiempo se dedica a hacer lo que a Dios le agrada.
Si nos referimos a la capacidad que tiene el hombre para pensar, para razonar y para amar como facultades, así también nos debemos referir de la consciencia. La consciencia, en pocas palabras, es una capacidad o facultad dada por Dios al hombre. ¿La pregunta es, ¿para qué?
Hermanos, ¿qué quiere decir Dios es mi fortaleza? La palabra en el Original Hebreo es חָסָה (trasliterada es Chacah) que transmite la idea de alguien que «busca un refugio» o que «huye buscando protección».